The love that remains…

saudade1-1024x1024.jpg

Escuché la palabra por primera vez en 2006. En ese entonces, me encontraba en la ciudad de São Paulo y tenía 21 años. Había llegado al territorio brasileño para estudiar Economía durante 6 meses como resultado de un intercambio académico.

Al principio, no le presté demasiada importancia a esa palabra extraña. Tampoco lo hice después cuando se aproximaba el final de mi visita en aquel país y empezaría a escucharla con mayor frecuencia. Tuvieron que pasar algunos años para que comprendiera finalmente todo el contenido emocional y psicológico que está detrás de la expresión: “saudade”.

¿Saudade? Pregunté entonces su significado y mis amistades cariocas me advirtieron que se trata de una palabra que puede existir en un idioma y que estrictamente no permite una traducción concreta en otras lenguas. En aquel momento, me pareció simplemente como algo curioso de las comunidades de habla portuguesa, sin cuestionarme la supuesta incompatibilidad del lenguaje. Sin embargo, hoy reconozco que, traducible o no, saudade es una palabra muy hermosa y al mismo tiempo con mucha fuerza. Al menos para mí. Puedo estar sesgado por muchos motivos, sin embargo no hallo una palabra cuyo sonido y “textura” expresen mejor los sentimientos que acarrea la saudade.

Al respecto, el escritor italiano Antonio Tabucchi señala en “Viajes y otros viajes”:

[…] Saudade es una palabra portuguesa de ardua traducción, puesto que es una palabra-concepto, de modo que es trasladada a otros idiomas de manera aproximativa. En cualquier diccionario la encontraremos traducida como “nostalgia”, palabra excesivamente joven (fue acuñada en el siglo XVIII por el médico suizo Johannes Hofer) para un asunto tan antiguo como la saudade. Si consultaramos algún prestigioso diccionario portugués, como el Morais, tras la indicación de la etimología sodade o solitate, es decir “soledad”, nos dará una definición muy compleja: “Melancolía causada por el recuerdo de un bien perdido; dolor provocado por la ausencia de un objeto amado; recuerdo dulce y triste a la vez de una persona querida.” Se trata, por lo tanto, de algo desgarrador, pero que también puede enternecer, y no atañe solamente al pasado, sino también al futuro, porque expresa un deseo que uno querría ver cumplido. Y aquí las cosas se complican porque la nostalgia del futuro es una paradoja.“ […]

De acuerdo con lo anterior, la palabra saudade tiene en sí diferentes significados que pueden ser interpretados según el contexto donde se aplique. Como Tabucchi señala, su origen es latín y la connotación contemporánea se aleja del significado original. Gramaticalmente, saudade es un sustantivo abstracto. Tan abstracto que únicamente existe en la lengua portuguesa. Las aproximaciones Te extraño en el español; longing y to miss en el inglés; por mencionar algunos casos, son tan solo "intentos” para determinar ese sentimiento que uno ni siquiera sabe con precisión qué es.

El siguiente texto se titula “Saudade” lo encontré navegando en la internet y, por lo que parece, como autoría de Miguel Falabella. No estoy muy seguro si eso es así, pero, ante tantas y al mismo tiempo imprecisas definiciones de saudade, vale mucho la pena compartir esta crónica. El texto original está en portugués. A continuación, el resultado del esfuerzo por traducirlo:

Saudade

Machucarse el dedo con una puerta duele.

Golpearse el mentón con el piso duele.

Torcerse el tobillo duele.

Una bofetada, un puñetazo, un puntapié, duelen.

Duele golpearse la cabeza con el borde de la mesa,

Duele morderse la lengua,

Duelen cólicos, caries y piedras en los riñones.

Pero lo que más duele es la saudade.

Saudade de un hermano que vive lejos.

Saudade de una cascada de la infancia.

Saudade de un hijo que estudia fuera.

Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más.

Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió…

Saudade de una ciudad.

Saudade de nosotros mismos cuando vemos que el tiempo no nos perdona.

Duelen todas estas saudades.

Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama.

Saudade de la piel, del olor, de los besos.

Saudade de la presencia y hasta de la ausencia consentida.

Tú podías quedarte en la sala y ella en el cuarto, sin verse, pero sabiéndose ahí.

Tú podías ir para el dentista y ella para la facultad, pero se sabían allí.

Tú podías pasar el día sin verla, ella el día sin verte, pero sabían del día de mañana.

Pero cuando el amor de uno acaba, o se torna menor,
al otro le sobra una saudade que nadie sabe como detener.

Saudade es básicamente no saber.

No saber más si ella continúa sufriendo en ambientes fríos.

No saber si él continúa sin afeitarse por causa de aquella alergia.

No saber si ella todavía usa aquella minifalda.

No saber si él fue a la consulta con el médico como prometió.

No saber si ella se alimentó bien por causa de esa manía de estar siempre ocupada.

No saber si él estuvo yendo a las clases de inglés, si aprendió a usar la Internet y encontrar la página del Diario Oficial.

Si ella aprendió a estacionar entre dos coches.

Si él continúa prefiriendo la cerveza oscura.

Si ella continúa prefiriendo jugo.

Si él continua sonriendo con aquellos ojitos apretados.

Si ella sigue bailando de aquella forma enloquecedora.

Si él continua cantando tan bien.

Si ella continua detestando Mc Donald’s.

Si él continua amando.

Si ella sigue llorando hasta en las comedias.

¡Saudade realmente es no saber!

No saber que hacer con los días que son más largos,

No saber como encontrar tareas que detengan el pensamiento,

No saber como frenar las lágrimas al escuchar esa música,

No saber como vencer el dolor de un silencio…

Saudade es no querer saber si ella está con otro y al mismo tiempo querer.

Es no saber si él está feliz y al mismo tiempo preguntar a todos los amigos por eso.

Es no querer saber si él está mas flaco, si ella está más linda.

Saudade es nunca más saber de quien se ama y aun así doler.

Saudade es esto que sentí mientras estaba escribiendo y lo que tú, probablemente, estés sintiendo ahora después de leer…

Una ausencia suave o un tipo de soledad; un recuerdo de aquel momento y de aquella persona que, incluso sabiendo que imposible, osamos querer revivir y volver a ver; el dolor de quien encontró y no encontrará más, de quien sintió y nunca más volverá a sentir. Saudade combina todo eso y más. Para algunos, saudade siempre tiene un poco de todo. No sé si sea cierto. Lo único cierto es que saudade siempre nos remite a sentimientos dichosos. De ahí que definan al vocablo como el “sentimiento melancólico recuerdo de una alegría ausente”. Nunca he sentido la saudade de algo triste o malo de sentir. Tal vez porque nosotros sólo sentimos saudade de cosas buenas. Para mi, saudade es el resultado de experiencias positivas que de alguna forma nos hicieron bien algún día y quedaron impresas en el alma.

Sentir saudade es, por lo tanto, privilegio de quien gozó momentos con esa persona amada, hoy distante o extinta, de la que se tiene un recuerdo triste y suave, acompañado del deseo de volver a verla presente. No señalaría lo anterior si no fuera verdad. Como diseñador de mi propia desgracia, hoy me toca manejar en sodade o solitate la compañía más difícil del hombre, la que tiene consigo mismo. No me causa miedo reconocerme, ni busco a nadie, no. Saudade es quedarme con su sonrisa en mi recuerdo, con el corazón diciéndome que no la olvidaré; pero, al quedarme solo, sabiendo que la pierdo, saudade también es empezar a amarla como jamás la amé.

 
2
Kudos
 
2
Kudos

Now read this

Getting my story straight…

Con este breve texto publico el primer post (espero sea el primero de muchos) de lo que a partir de ahora pretendo sea un blog personal. La idea de esto nace de buscar un espacio que me permita depositar ideas, pensamientos, inquietudes,... Continue →