The love that remains…
Escuché la palabra por primera vez en 2006. En ese entonces, me encontraba en la ciudad de São Paulo y tenía 21 años. Había llegado al territorio brasileño para estudiar Economía durante 6 meses como resultado de un intercambio académico.
Al principio, no le presté demasiada importancia a esa palabra extraña. Tampoco lo hice después cuando se aproximaba el final de mi visita en aquel país y empezaría a escucharla con mayor frecuencia. Tuvieron que pasar algunos años para que comprendiera finalmente todo el contenido emocional y psicológico que está detrás de la expresión: “saudade”.
¿Saudade? Pregunté entonces su significado y mis amistades cariocas me advirtieron que se trata de una palabra que puede existir en un idioma y que estrictamente no permite una traducción concreta en otras lenguas. En aquel momento, me pareció simplemente como algo curioso de las comunidades de habla...